viernes, 29 de junio de 2012

Obama declara zona de desastre en Colorado por devastadores incendios

El presidente estadounidense Barack Obama declaró este viernes "zona de desastre" en el estado de Colorado (oeste), donde devastadores incendios han destruido más de 300 hogares y forzaron a la evacuación de 36.000 personas.

Obama visitará ese estado durante esta jornada del viernes. La declaración permite liberar la asistencia federal en caso de desastres para el estado, mientras autoridades locales batallan duramente los incendios denominados High Park y Waldon Canyon.

El jueves, el alcalde de la ciudad, Steve Bach, declaró que las llamas habían reducido a cenizas a unas 346 viviendas, una cifra aún provisoria.

"La noche va a ser difícil, pero tenemos que permanecer firmes", dijo Bach en conferencia de prensa, visiblemente cansado y abatido.

El incendio, llamado Waldo Canyon Fire, se desató el sábado pasado y se mostró de inmediato peligroso. El martes ingresó en Colorado Springs, la segunda ciudad de Colorado, situada a un centenar de kilómetros al sur de Denver, la capital del estado.

Según el sitio web de seguimiento de los incendios Inchweb.com, más de 20.000 construcciones están amenazas por el fuego, lo cual llevó a la evacuación de más de 36.000 personas. El siniestro ya arrasó con cerca de 7.500 hectáreas de ve
getación.

Declaran desastre natural en Texmelucan por inundación

(Ciudad de México) La Segob emitió una Declaratoria de Desastre Natural para el municipio de San Martín Texmelucan, Puebla, por la inundación del pasado 25 de junio tras el desbordamiento del río Atoyac.

Con esta acción se activan los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), para la atención de los daños.

La declaratoria se emitió al término de la instalación del Comité de Evaluación de Daños del Fonden, quienes se encargarán de evaluar los daños ocasionados en la infraestructura y cuantificar los recursos necesarios para su recuperación, informó la dependencia en un comunicado.

Con la declaratoria, solicitada por el gobierno estatal, las autoridades contarán con recursos para atender las necesidades alimenticias, de abrigo y de salud de la población afectada.


Fuente: El Universal

martes, 26 de junio de 2012

Cómo evitar varadas y accidentes en su viaje por carretera


 Además de hacerle una revisión minuciosa, debe tomarse varios días de antelación para probrar el carro y asegurarse que no lo dejará botado en una carretera.

Está claro que realizar un viaje de varias horas por las carreteras colombianas, implica someter el vehículo a cambios drásticos de clima y terreno; eso, de antemano, exige una minuciosa revisión con suficiente antelación. Es posible que haya arreglos pendientes que no estarán listos en un solo día.

Si considera que debe llevarlo a un taller, pruébelo una vez se lo entregue. Nunca lleve el carro del taller a la carretera; puede ser muy peligroso.

Así las cosas, y teniendo en cuenta todos los percances con los que se encuentran las familias colombianas en los largos paseos por carretera, el Asesor Carroya ha preparado algunos consejos para que deje listo su carro y tenga las mejores vacaciones.

Cabe mencionar que actualmente la gran mayoría de los vehículos cuentan con gestión electrónica y eso hace que muchos de los repuestos mencionados en esta nota sean obsoletos e innecesarios. Sin embargo, por las carreteras colombianas todavía ruedan muchos carros de tecnologías anteriores. Para ellos estos consejos sí resultan vitales.

- Revisión de frenos: con cambio de pastillas y cambio de líquido (si es necesario), y como mínimo, graduación de bandas o cambio al haber llegado al fin de su vida útil.


- Revisión de la suspensión: Busque componentes desgastados o flojos y cambie lo que sea necesario.


- Alineación de dirección: Es un procedimiento rutinario que se hace obligatorio con el paso de los kilómetros y más aún si se han cambiado componentes de la suspensión.


- Revisión de llantas: Deben estar en perfecto estado y con un desgaste parejo y que permita seguir utilizándolas, de no ser así se deben cambiar. La presión de aire se debe aumentar una par de libras cuando se emprende un viaje. No olvidar la llanta de repuesto que debe estar perfecta y con la cantidad de aire adecuada según el vehículo.

Puede necesitarse balanceo y rectificación de los rines para tener una marcha lo más suave y agradable posible y para evitar desgaste innecesario de las llantas.


- Sincronización del motor para dejarlo en el nivel óptimo de potencia: para acometer de manera tranquila y exitosa nuestra escarpada topografía. Generalmente se cambian las bujías, los cables de la instalación de alta tensión y cualquier otra parte que no se encuentre en perfecto estado y que sea susceptible de fallar.


- Sistema de refrigeración buscando mangueras o tapones deteriorados o con fugas.


- Revisar el sistema eléctrico: incluyendo batería, correas de caucho y bombillos para comprobar que se encuentran en perfecto estado, de no ser así se debe cambiar lo que se necesite. Evite los remiendos y las adaptaciones que pueden servir como desvare provisional, pero que no ofrecen confiabilidad. Es importante que las luces estén muy limpias siempre y perfectamente alineadas, para que cumplan con su función de manera adecuada y no causen peligrosas molestias al resto de conductores.


- Las puertas y ventanillas deben abrir y cerrar correctamente: por seguridad y por comodidad. Si el vehículo cuenta con sistema de calefacción y aire acondicionado también debe funcionar.


Estas herramientas y repuestos se van de viaje con usted. Para salir de casa, es necesario tener el vehículo en orden. No basta con llevar gasolina en el tanque y las llantas infladas correctamente; es posible que en cualquier momento, su vehículo (cualquiera que sea) presente una falla menor. Si no tiene los implementos necesarios, esa falla menor se convertirá en una terrible varada.

Gato, cruceta, manivela, bomba o compresor portátil para inflar llantas, juego completo de llaves mixtas (abiertas y boca fija), martillo, ddestornilladores de diferente tamaño (tanto de estrella como de pala), alicates fijos, alicates de boca deslizante, hombresolo, pinzas de punta, embudo, bomba portátil de engrase, lámpara portátil, cortafríos, lima, cortador jeringa pequeña, tacos de madera, extintor de incendios, cuerda para remolcar, cables para iniciar la batería y juego de galgas.


Repuestos


1/4 de aceite para motor.

¼ de aceite para caja automática o dirección hidráulica.

Líquido para frenos por lo menos ¼

1 galón de refrigerante o agua para el sistema de refrigeración.

1 tarro o balde de plástico.

1 recipiente de plástico con tapa.

1 juego de bujías (pueden ser usadas).

1 juego de platinos.

1 condensador.

Tapa de distribuidor.

Escobilla para distribuidor.

Cable de diferentes diámetros.

1 rollo de cinta aislante.

1 rollo de cinta de teflón.

Papel de lija fino.

1 lima para uñas.

1 rollo de alambre dulce.

1 bombillo para faro delantero.

2 bombillos para luces de cola y direccionales.

1 Bomba de gasolina o en su defecto un diafragma para la misma.

1 Llave para abrir las puertas (en caso de cierre accidental).

1 neumático o cámara de repuesto, incluso con llantas tipo "Sellomatic".

1 tarro con tapa para arandelas, tuercas y tornillos de diferente tamaño y rosca.

Una o dos correas (pueden ser usadas).

Equipo de prevención y seguridad, con botiquín y extintor reglamentario.

Señales de prevención.


No se preocupe. Usted no tiene que ser un experto para tener y manejar correctamente estos implementos. Además, conseguirlos en el mercado es más fácil de lo que cree. Si aún no los tiene está a tiempo de comprarlos.

Con toda seguridad estas recomendaciones harán más seguro, tranquilo y placentero su viaje.

El costo del desastre natural en Colombia


Entre inundaciones, terremotos, sismos, huracanes y demás catástrofes, las pérdidas sumaron, en 2010, US$218 mil millones.

Los catastróficos costos que el fenómeno de La Niña tuvo en Colombia en el 2010, con algo más de US$5.300 millones, fueron sólo una pequeña porción de la cifra que envuelve el valor del impacto que dejó la naturaleza desbordada en el mundo: US$218 mil millones.

La cifra, alarmante frente a las estadísticas reunidas desde 1970, hace parte del estudio hecho por la firma Swiss Re (compañía suiza de reaseguros), que en un solo documento evidenció que Asia sufrió los mayores daños económicos, cifrados en unos US$75 mil millones. Y, “como consecuencia de los terremotos en Chile y Haití, las pérdidas para América Latina y el Caribe se elevaron vertiginosamente, superando los US$53 mil millones”.

El documento señala además que para el caso local, en Colombia las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales, granizo, deslizamientos de tierra en los departamentos de Córdoba, Sucre, Atlántico, Bolívar, Magdalena y La Guajira llegaron a los US$397 millones. De ellos, los daños asegurados se enmarcaron en los US$7 millones, dice el estudio.

Y para contrastar, de acuerdo con Fasecolda, el gremio que reúne a las compañías de seguros presentes en el mercado nacional, a corte de marzo de 2011, explica Carlos Varela, director de la Cámara de Incendio y Terremoto, las aseguradoras habían reportado pérdidas por $350 mil millones, provocadas precisamente por los siniestros naturales de la ola invernal.

Swiss Re también relata que el sector asegurador mundial debió soportar costos de alrededor de US$40 mil millones en todo 2010 como consecuencia de las catástrofes naturales. “El terremoto de Chile tuvo un costo de US$8 mil millones”, y agrega el documento que “el terremoto en Nueva Zelanda les costó a las aseguradoras US$4 mil millones”. La tormenta invernal Xynthia, en el noroeste de Europa, provocó daños asegurados por más de US$2 mil millones y las inundaciones en Australia fueron las responsables de siniestros por aproximadamente US$2 mil millones.

Cifras que, para completar las estadísticas económicas, revelan también que en el año 2010 se produjeron más de 300 eventos catastróficos, que causaron la muerte de casi 304 mil personas y los daños asegurados se incrementaron en más de un 60%, alcanzando los US$43 mil millones.

Terremotos le podrían costar al país US$44.900 millones en los próximos 500 años

El estudio de Análisis de la gestión del riesgo de desastres en Colombia, realizado por el Banco Mundial, estimó que un terremoto en Bogotá costaría US12.700 millones; en Medellín, US 7.500 millones; en Cali, US 6.400 millones, y en la región del Eje Cafetero, US 2.000 millones.



Las pérdidas estimadas en el país por sismos, con un periodo de retorno de 500 años, ascenderían a los US44.900 millones. Este es uno de los escenarios revelados en el estudio del Banco Mundial BM)"Análisis de la gestión del riesgo de desastres en Colombia".
En el estudio se muestra que un terremoto en Bogotá costaría US12.700 millones; en Medellín, US 7.500 millones; en Cali, US 6.400 millones, y en la región del Eje Cafetero, US 2.000 millones. Para la nación en general, el costo ascendería a los US44.900 billones.
De acuerdo con Ana Campos, especialista senior de gestión del riesgo del BM y coordinadora del estudio, Colombia ha avanzado en la reducción de pérdidas de vida, sin embargo, todavía persiste un alto costo a nivel económico. "Esto representa el reto de incorporar en las prácticas del desarrollo la gestión del riesgo y que las nuevas inversiones consideren dichos criterios" , dijo la especialista.
En Colombia el riesgo de desastres está aumentando debido a la inadecuada gestión territorial, sectorial y privada, más que por factores externos como el cambio climático. Aunque el estudio destacó los avances del país en el manejo de emergencias, hizo varias recomendaciones para evitar un desastre.
Una de estas es trabajar en la prevención. "La reconstrucción de un kilómetro de carretera puede valer hasta cinco veces el costo de realizar un buen mantenimiento preventivo, y los costos indirectos por suspensión del tráfico pueden llegar a valores de hasta 2.000 millones diarios", según el estudio presentado ayer y que fue solicitado por el Gobierno al BM.
Así mismo, se recomendó fortalecer la capacidad local para la gestión territorial. Las inversiones departamentales han sido muy bajas y la capacidad institucional se encuentra muy limitada. Esta baja capacidad de respuesta se ve reflejada en las consecuencias de los fenómenos naturales.
Las pérdidas económicas totales entre 1970 y 2010 ascienden a US7.102,9 millones; es decir, un promedio de pérdidas anuales de US177 millones. El solo fenómeno de la `Niña` de 2010 y 2011 le costó al país 8,6 billones. Según Campos, este es el desastre de mayor impacto hasta el momento en el país, superando el sismo del Eje Cafetero y la avalancha por la erupción del Nevado del Ruiz. Los sectores más afectados son el de la vivienda, agricultura, transporte e infraestructura. Las pérdidas en materia de vivienda son de US2.045,1 millones, entre 1970 y 2010.
Estas corresponden a las consecuencias de siete grandes desastres que ocurrieron en esos 40 años (Terremoto de Popayán 1983, erupción del volcán del Nevado del Ruiz 1985, terremotos del Atrato Medio 1992, fenómeno del `Niño` 1997-1998, terremoto del Eje Cafetero 1999 y fenómeno de la `Niña` 2010-2011). Las pérdidas acumuladas asociadas a todo tipo de desastres (grandes, intermedios y pequeños) alcanzaron los US7.100 millones, según la evaluación que fue coordinada con el Departamento Nacional de Planeación (DNP) , entre otras entidades.

El crecimiento es sólido a pesar de la leve desaceleración

Según Gloria Grandolini, directora del Banco Mundial (BM) para México y Colombia, en el país sí ha habido una leve desaceleración, sin embargo, afirmó que el crecimiento es sólido y que los riesgos se pueden absorber. Aquel menor crecimiento está explicado por factores exógenos como la caída en el precio del petróleo, un menor crecimiento en Estados Unidos y una caída en la demanda interna. Pero el país, dijo Grandolini, puede contener los shocks, ya que cuenta con espacio en su política monetaria, es decir, puede bajar su tasa de interés, y también tiene el crédito contingente con el FMI por US6.500 millones. La expectativa del BM es que el país crezca 4,7% en 2012.
Fuente: El País